Los resultados de este proyecto se espera que proporcionen bases científicas para la formulación y producción de alimentos basados en compuestos funcionales que tienen el potencial de promover beneficios para la salud intestinal. Estos alimentos podrían suponer una buena fuente de fibra y nutrientes para una población especialmente vulnerable como es la perteneciente a la llamada cuarta edad y, en particular, colectivos que presentan mayor riesgo derivado de la trasmisión de infecciones comunitarias.