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Salud y bienestar
Los medicamentos GLP-1 y similares, concebidos originalmente para tratar la diabetes y aplicados en la actualidad en el tratamiento contra la obesidad y el control de peso, podrían favorecer una reducción significativa del consumo de alimentos en los próximos 5 años. De popularizarse o extenderse su uso, según algunas previsiones, esta reducción podría tener un gran impacto en la industria agroalimentaria (los analistas lo cifran en 9 billones de dólares) en cuestiones como la producción de alimentos, pero también en los patrones de consumo, con la reducción en el tamaño de las raciones, búsqueda de más calidad y cambio en las categorías de alimentos preferidas por los consumidores medicados con GLP-1, según recogen dos estudios de Barclays Research y Morgan Stanley Research.
Este punto de vista sobre el impacto de los medicamentos GLP-1, que va más allá de la propia salud y nutrición para entrar directamente en la configuración de la industria agroalimentaria, se abordó en el marco de Future Food-Tech London, en un panel1 de expertos que identificó los riesgos, retos y oportunidades de innovación para la industria alimentaria y cómo puede adaptarse para acompañar a los consumidores en el proceso. Algunos datos aportados durante este debate pueden parecer algo exagerados. Pero, resulta interesante como ejercicio para aproximarnos al impacto que un nuevo tratamiento médico puede tener en los hábitos de consumo y estos, en el negocio de la industria alimentaria. Y, sobre todo, para vislumbrar entre las sombras las oportunidades de innovación.
GLP-1: Impacto en la industria agroalimentaria
Los medicamentos para la pérdida de peso están impactando ya en el comportamiento de sus usuarios, que gastan entre un 6 y un 9% menos en alimentos que quienes no los consumen. A esto se suma el dato de Barclays Research, que estima que la cesta de la compra de las personas medicadas con GLP-1 es un 10% más pequeña, mientras que su gasto en alimentos envasados se ha reducido aproximadamente un 40%. Además, este tipo de consumidores compran menos snacks, bebidas azucaradas, bollería y dulces, y más alimentos integrales como frutas, verduras, legumbres, aves y pescado, en comparación con los consumidores no medicados con GLP-1.
Se estima que este tipo de medicamentos podrían reducir el consumo de alimentos en EE. UU. entre un 10 y un 25% en los próximos 5 años, si su uso se generaliza.
Si el uso de estos medicamentos se extendiera al 50-75% de los estadounidenses, en 5 años el total de calorías consumidas en el país podría reducirse hasta un 10%. Recordemos que EE. UU. es uno de los países con más altas tasas de obesidad: actualmente en torno al 40% de los adultos y el 33% de los niños estadounidenses son obesos. La reducción drástica en la ingesta de alimentos tendría un impacto potencialmente masivo en la cadena de suministro global de alimentos (productores agrícolas, empresas alimentarias y el sistema en su conjunto). Especialmente si, tal y como se prevé, el uso de los GLP-1 se extiende a otros países – sobre todo a los que presentan también graves problemas de obesidad – a medida que se vuelvan más accesibles, países que podrían experimentar descensos similares en el consumo.
GLP-1: Identificación de riesgos potenciales
Junto con el factor precio, una de las barreras actuales en la generalización del uso de los GLP-1 son los efectos secundarios y, entre ellos, el riesgo potencial de que este tipo de medicación se comporte como dieta yo-yo. Entre los principales efectos secundarios identificados, los expertos destacaron la pérdida de masa muscular, de densidad mineral ósea y deshidratación (por menor ingesta de alimentos y bebidas), problemas digestivos (como la gastroparesia) y de salud intestinal, deficiencias de micronutrientes, pérdida de cabello y flacidez de la piel, y potencial alteración de la percepción del sabor y de la capacidad para tolerar ciertos alimentos. Los efectos secundarios pueden variar entre usuarios e incluso entre diferentes medicamentos GLP-1, por lo que se requiere un enfoque nutricional personalizado.
Encontrar solución a estos retos puede suponer oportunidades de innovación para la industria agroalimentaria, mediante el diseño de productos enriquecidos, soluciones saborizantes que ayuden a paliar las alteraciones provocadas por los medicamentos y a través de la personalización nutricional de nuevos productos orientados a este tipo de consumidor.
Solucionar el efecto yo-yo y la recuperación de peso al suspender el tratamiento con GLP-1 es el otro gran reto, tanto por los potenciales efectos perjudiciales que las subidas y bajadas de peso tienen en el metabolismo y la composición corporal, como por el impacto económico que este tipo de medicación – actualmente cara – tiene en un sistema de salud que aún no está preparado para gestionarlo.
Oportunidades de innovación para la industria
La industria agroalimentaria puede jugar un papel importante en la búsqueda de soluciones a los retos alimentarios y nutricionales que plantea el uso de GLP-1, identificando nuevas necesidades o nichos de mercado con soluciones innovadoras, personalizadas y explorando enfoques naturales y basados en alimentos para promover la saciedad y el control de peso.
La colaboración y rapidez en el mercado son clave para abordar este creciente desafío.
Por un lado, la industria tiene oportunidad de innovar ofreciendo soluciones nutricionales específicas que ayuden a paliar los efectos secundarios de los medicamentos. Por ejemplo, diseñando productos ricos en proteínas para evitar la pérdida de masa muscular (como el producto de liberación sostenida de proteína en 12 horas que desarrolla Bite, con el objetivo de proporcionar un suministro constante de proteínas), alimentos hidratantes y de fácil digestión para abordar la deshidratación y los cambios en la percepción del sabor, sin que causen náuseas ni malestar adicionales, o productos de nutrición personalizada que den respuesta a otros efectos secundarios.
Por otro lado, puede ayudar a evitar el efecto yo-yo, diseñando productos específicos orientados a inducir naturalmente sensación de saciedad y plenitud. Estos ‘moduladores de saciedad’ podrían actuar como complemento o sustituto de la medicación para la obesidad, reduciendo la ingesta calórica tanto en los ex-usuarios de GLP-1, como de manera preventiva en cualquier consumidor. En este sentido, en Bite “identificamos nutrientes de alimentos reales que pueden inducir la secreción natural de hormonas como GLP-1 y PYY, para que las personas se sientan más llenas, más rápido y con menos comida”, expuso Aaron Anselmo.
Más allá de las oportunidades de innovación y negocio, los panelistas consideraron la colaboración de la industria alimentaria crucial para proporcionar soluciones integrales que contemplen desde el diseño de nuevos alimentos hasta la educación y el asesoramiento a los usuarios de GLP-1 y similares, para que puedan mantener su pérdida de peso de forma sostenible después de dejar el medicamento.
Moderado por Jack Bobo, director del Food Systems Institute de la Universidad de Nottingham, el panel contó con la participación de Rania Abou Samra, Global Head of Product & Technology Development & Head of R&D (US) en Nestlé Health Science; Sonia Huppert, Global Innovation Marketing Lead en IFF y Aaron Anselmo, Chief Scientific Officer en VITAKEY.
Fecha de publicación:
18/11/2024
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