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Sostenibilidad
El evento ‘Green AI: el futuro sostenible de la Inteligencia Artificial’ reunió a representantes de la Administración pública para debatir en torno al Plan Nacional de Algoritmos Verdes y sus esfuerzos por una tecnología responsable y sostenible.
278 millones de euros. Éste es el capital de los fondos europeos Next Generation que el Gobierno español ha destinado para el Plan Nacional de Algoritmos Verdes (PNAV), a cargo del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, que hoy celebró su evento Green AI: el futuro sostenible de la Inteligencia Artificial, que reunió a representantes de diversas entidades del sector público para debatir en torno al reto de la tecnología y la IA sostenible; lo que llaman ‘green AI’ o IA verde, pero también ‘green by AI’ o la sostenibilidad impulsada por la IA.
El pistoletazo de salida lo dio –a través de un vídeo- la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (SEDIA), María González, quien expresó que el Gobierno busca que el PNAV y todo el trabajo y recursos destinados a la sostenibilidad tecnológica “permitan a España seguir siendo pionero” en este ámbito.
Le siguió el director general de Digitalización e Inteligencia Artificial del Ministerio (DGDIA), Salvador Estevan, quien manifestó la necesidad de continuar evangelizando sobre los beneficios que tiene la IA para la sociedad, pero “también de hacer que estos desarrollos y su aplicación sean sostenibles y protejan nuestro planeta”.
“Cuando hablamos de IA solemos centrarnos en cómo abordar grandes retos, como el día a día de nuestras empresas o la investigación y transferencia de conocimiento, pero tenemos otra dimensión, y durante esta jornada exploraremos como la IA es una herramienta poderosa para contribuir a la eficiencia energética y la protección del medio ambiente“, apuntó.
Estevan añadió que “se puede avanzar hacia una IA responsable, sacar valor de ello y exportarlo hacia el ecosistema emprendedor. La tecnología y la sostenibilidad deben converger para crear un impacto positivo”. El líder de la DGDIA abogó por seguir sacando provecho de los beneficios de la IA, como la creación de nuevos materiales o la gestión más eficiente de los procesos, “pero siempre a través de una mirada de coste ambiental, sobre todo en el tema del entrenamiento de modelos de IA, que requieren de un gasto energético masivo”.
Estevan sostuvo que la Administración pública y el sector privado deben colaborar para que la regulación defina prácticas que promuevan algoritmos de IA sostenibles y concluyó asegurando que “la IA tiene un gran potencial, todos lo conocemos, es una tecnología disruptiva, y tenemos que hacerla sostenible. Por eso tenemos que buscar un desarrollo equilibrado, consciente y responsable”.
Los detalles del PNAV fueron expuestos por David de Francisco, subdirector general de Inteligencia Artificial y Tecnologías Habilitadoras Digitales. Contó que, al momento de comenzar a delinear el plan en 2021, las primeras predicciones en torno al riesgo del uso masivo de la IA –la llamada ‘Red AI’ (IA roja o poco sostenible)- ya empezaban a aflorar: el consumo de electricidad por el uso de las TIC alcanza el 9% del total mundial (siendo la IA parte importante de ese porcentaje) y se proyecta que llegue al 20% en 2030; y las emisiones de gases de efecto invernadero de estas tecnologías estaban entre 1,1 y 1,3 Gt de CO2 en 2020.
“No estábamos muy desencaminados”, dijo De Francisco. En este tiempo, ha habido un relevante incremento en el consumo energético para entrenar a la IA y su masividad dará paso a más modelos en ejecución y más inferencia. Con todo, el subdirector general aseguró que “se aprecia una tendencia a federar la computación y llevarla al edge”, algo que ayudará a reducir el consumo energético.
La estrategia de IA del gobierno se apoya en ocho palancas, de las cuales hay una que busca la generación de capacidades de almacenamiento en condiciones de sostenibilidad: es aquí donde se mueve el PNAV. Sus objetivos son el de promover una IA que sea más eficiente y sostenible desde su concepción (‘green in AI’) y el fomento de la IA para reducir el impacto de la huella de carbono en favor de la sostenibilidad (‘green by AI’). Esto lo hace a través de cuatro ejes estratégicos, que son la investigación en IA sostenible; el fomento de infraestructuras y servicios eficientes; la integración de la IA verde en el tejido productivo; y la dinamización del mercado mediante la IA verde.
Entre las iniciativas clave del PNAV están el desarrollo de especificación técnica para la medición del consumo energético de los algoritmos de IA mediante un grupo de trabajo con la Asociación Española de Normalización (UNE), la implementación de herramientas de cálculo de la eficiencia energética, el diseño e implementación de un esquema de Certificación de Algoritmos Verdes y la realización de hackathones para proporcionar soluciones a retos medioambientales mediante el desarrollo de aplicaciones.
La Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA) se creó para supervisar la IA en España y velar por el cumplimiento de la Ley Europea de IA que entró en vigor en agosto de este año. Ignasi Belda, su director general, señaló que el reglamento es muy explícito en cuando a la sostenibilidad y asegura que no busca que este concepto sea un freno para la innovación, sino “una oportunidad en doble sentido: que la IA sea una herramienta que utilicen las entidades que se dediquen a la gestión del medio ambiente y que su desarrollo sea sostenible”.
Belda apuntó a pensar en la sostenibilidad desde diversos prismas. El más clásico es el energético. “La cuenta energética de ChatGPT-4 fue de 10 millones de euros. Hay que trabajar para que las emisiones de CO2 se minimicen”, dijo. Pero también hay que pensar, por ejemplo, en el impacto hídrico de la IA. “Los supercomputadores, con los que se entran modelos, hace falta refrigerarlos, lo que se hace con agua e implica un gasto enorme. Como país tenemos este reto social. Hay algunos países nórdicos donde este vapor es reconducido para la calefacción de las viviendas. En España tenemos que pensar cómo reaprovechar este vapor, por ejemplo, con la industria que lo necesita para funcionar y que hoy que quema mucho gas para obtenerlo”, reflexionó.
En ese sentido, Belda subrayó que el papel de la AESIA no es sólo supervisar que la IA sea transparente y responsable, sino que también que sea sostenible.
Casos de éxito en la Administración
Javier Ponce, director general ejecutivo de la Sociedad Española para la Transformación Digital (SETT) y Nuria Estaban, jefa de área de la Subdirección General de Inteligencia Artificial y Tecnologías Habilitadoras, manifestaron que la IA es un motor clave para la economía y que, en la promoción de políticas públicas, quieren que cale en todas las capas de la sociedad.
“Las políticas públicas no sólo tienen que ir orientadas a la parte de dinamización económica, tampoco nos podemos olvidar de la sostenibilidad. El progreso tecnológico no puede ser a costa de un aumento mayor de las emisiones que afectan en el cambio climático, por lo que el PNAV lo que quiere es sumarse a esa parte de la dinamización de la economía con perspectiva sostenible y eficiente”, dijo Esteban.
En ese contexto, se presentaron durante el evento dos iniciativas públicas en las que la IA y la tecnología se están utilizando en favor de la sostenibilidad. Marcos Álvarez, responsable de políticas públicas de Investigación e Innovación de Gradiant, presentó el proyecto AgriFoodTEF, impulsado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Los TEF (infraestructuras de prueba y experimentación) son redes de gran escala que sirven para realizar pruebas y validaciones en entornos reales para el desarrollo de tecnologías, productos y servicios, especialmente en ámbitos innovadores como la IA y la robótica.
AgriFoodTEF está dirigido a apoyar a empresas con soluciones de IA en niveles de madurez tecnológica medio-altos aplicables al sector agroalimentario. Específicamente, para el tema de la sostenibilidad, el proyecto apoya iniciativas que buscan, entre otras cosas, racionalizar el consumo de agua e insumos; la reducción de los gases de efecto invernadero durante el ciclo productivo; la sostenibilidad económica de las explotaciones; y la mejora de la calidad de vida de los trabajadores.
Por su parte, Blanca Ruiz, subdirectora del Sistema Integrado de Información de la Biodiversidad, dio detalles sobre la Plataforma del Inventario Español del Patrimonio Natural y la Biodiversidad (IEPNB), impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
“Nuestra Dirección General ha apostado por el tema de los datos, a poder tomar decisiones a través de ellos”, dijo Ruiz. La plataforma IEPNB busca almacenar, integrar y armonizar los datos del organismo para poder analizarlos, realizar informes, simular escenarios, monitorizar cambios y difundir la información a la sociedad, entre otros.
Dentro de la plataforma hay un módulo llamado Eikos que, gracias a la georreferenciación de los datos y la información, permite hacer un seguimiento del territorio. “La idea es generar un sistema de alerta de cambios, para saber qué pasa en el territorio sin tener que estar allí (por ejemplo, deforestación, incendios, sequías, etc)”, explicó.
Fuente: https://www.computerworld.es/article/3562675
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Fecha de publicación:
18/10/2024
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