Habría que considerar el cultivo del cáñamo como una oportunidad e innovación empresarial, desarrollándose y afianzándose como un sector estratégico a nivel regional. Debemos valorar que el modelo productivo español, tras la crisis sanitaria, se verá obligado a evolucionar, intentando reducir la dependencia del sector turístico. Esta reconversión industrial fomentará el empleo local con la aparición de nuevas empresas creadas para la investigación, procesamiento, transformación y comercialización del cáñamo y sus derivados, con el fin de conseguir los siguientes resultados:
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Promover el desarrollo y aprovechamiento integral de este cultivo, con procesos de mejora continua.
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Proporcionar el acceso de las PYMES a las tecnologías de cultivo, fomentando la calidad del mismo
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Facilitar el crecimiento del sector creando estrategias de comercialización y buscando mercados exteriores
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Apostar por la asociación como forma de trabajo
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Favorecer el emprendimiento público y privado, mediante el estímulo de inversiones
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Compartir conocimientos interactuando con empresas e institutos de investigación
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Difundir y divulgar las posibilidades de esta industria
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Dar visibilidad internacional a zonas productoras de cáñamo
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Estimular la formación y capacitación de científicos, técnicos, agricultores y empresarios.
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Gestionar la asignación de recursos públicos para el crecimiento de la actividad del Polo Tecnológico del Cáñamo