INTRODUCCIÓN

La variedad de aceituna Manzanilla Cacereña es una de las más emblemáticas de nuestra región. Se cultiva principalmente en Cáceres ocupando más de 48.000 ha. 
Estas aceitunas sirven para ser elaboradas en diferentes presentaciones (negras oxidadas, estilo "Campo "Real", negras naturales...) así como para ofrecer premiados y afamados Aceites de Oliva Virgen Extra. 
Los olivos de Manzanilla Cacereña se cultivan en suelos de pendiente, pobres y ácidos, lo que provoca poseer un bajo vigor y su producción media es de 15 kg por cada olivo. 
Su baja producción junto con el bajo rendimiento de aceite, hace necesario defender la calidad y singularidad para hacer rentable el cultivo de esta variedad. 

El Grupo Operativo “Manzanilla Cacereña” propone la mejora de la comercialización de aceituna y aceite de dicha variedad mediante fórmulas que incorporen al precio final las contribuciones nutricionales, ambientales y culturales que genera el sector, singularmente el perfil bioquímico saludable, la prevención de incendios forestales, el mantenimiento de la biodiversidad y el paisaje patrimonial de bancales en piedra seca. 


Para ello, el proyecto de innovación trabajará en los siguientes grandes bloques:

  • promover un sector agrícola y forestal que utilice eficientemente los recursos, sea económicamente viable, productivo y competitivo, que tenga un escaso nivel de emisiones, sea respetuoso con el clima y resistente a los cambios climáticos, que trabaje hacia sistemas de producción ecológica y en armonía con los recursos naturales esenciales de los que dependen la agricultura y la silvicultura; 
  • contribuir a un abastecimiento estable y sostenible de alimentos, piensos y biomateriales, tanto de los tipos ya existentes como nuevos; 
  • mejorar los procesos encaminados a la protección del medio ambiente, la adaptación al cambio climático o su mitigación; 
  • acortar la distancia entre la oferta científica investigadora y las necesidades de los sectores agrario, alimentario y forestal. Crear vínculos entre los conocimientos y tecnologías punteros y los agricultores, gestores de bosques, comunidades rurales, empresas, ONG y servicios de asesoramiento. 
  • crear valor añadido a través de una relación más estrecha entre investigación y prácticas agrícolas y forestales, y fomentando un mayor uso del conocimiento disponible. 
  • promover una aplicación práctica más rápida e implantada de soluciones innovadoras.