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Estudiantes de la UVa compiten en un maratón para programar aplicaciones de bajo impacto ambiental



En total, participan 500 estudiantes de los cinco continentes en grupos de cuatro o cinco miembros

19 estudiantes de las ETS de Ingenieros de Telecomunicación de la Universidad de Valladolid participan desde ayer, 2 de diciembre, en la tercera edición del concurso Green Code Lab Challenge 2015. El objetivo del concurso es desarrollar aplicaciones durante 48 horas consecutivas que sean más eficientes desde el punto de vista energético. En total, participan 500 estudiantes de los cinco continentes en grupos de cuatro o cinco miembros. El primer premio del concurso es un viaje a San Francisco con todos los gastos pagados para los integrantes del equipo ganador.
 
Además, el segundo y tercer equipo se llevarán 1000 euros. En la edición del año anterior, uno de los grupos de la ETS de Ingenieros de Telecomunicación de la Universidad de Valladolid quedó en tercera posición y los grupos de este año pretenden mejorar este resultado.
 
El reto al que se enfrentan es elevado dado que, hasta el comienzo de la prueba, los equipos no conocían qué tipo de aplicaciones tenían que desarrollar ni el lenguaje en el que programar. Ayer miércoles, a las 19:00 horas, se desveló el gran reto, que este año se centra en reducir el impacto ambiental en aplicaciones para “Internet de las Cosas" o IoT (Internet of Things). Así, los alumnos deben recibir información de varios dispositivos y sensores (virtuales) en un pequeño ordenador de placa única (raspberry pi) y enviarlos a través de internet a un servidor que tendrá que almacenarlos para su posterior procesamiento. Los equipos son los encargados de desarrollar tanto el software de la raspberry como el del servidor y ganará aquel grupo que consiga hacerlo funcionar consumiendo la menor cantidad de energía posible.
 
En el contexto actual de la cumbre del clima de París y con el gran interés social que centra el cómo reducir el impacto ambiental, el uso de aplicaciones eficientes desde el punto de vista energético es fundamental. Hay que tener en cuenta que se estima que en 2016 habrá 6,5 billones de dispositivos conectados a internet y esta cifra crecerá exponencialmente con el paso de los años. De esta forma, el desarrollo de aplicaciones que consigan reducir la energía consumida por los dispositivos y redes puede proporcionar un gran ahorro y reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera.
 
Fuente: UVA/DICYT