Entran en vigor las reglas para limitar los restos de plaguicidas en toda la Unión Europea
La medida acaba con las arbitrariedades de cada país importador
Una nueva regulación, que ha entrado en vigor este mes, establece nuevos límites de restos máximos de plaguicidas permitidos en alimentos y piensos dentro de los 27 países de la Unión Europea. Se trata de un nuevo régimen por el cual se establecen límites máximos de residuos (LMR) de pesticidas, armonizados para toda la UE, pues hasta ahora se podían aplicar topes diferentes en cada país para un mismo cultivo.
La regulación afecta a unos 1.100 productos fitosanitarios utilizados ahora o en el pasado en agricultura, dentro o fuera de la UE, y establece una lista de LMR para 315 productos agrícolas. Estos límites también se aplicarán a productos transformados. Asimismo, las reglas tienen en cuenta criterios de seguridad para todos los grupos de consumidores, tales como bebés, niños y vegetarianos.
La Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (AESA) será responsable de evaluar los productos teniendo en cuenta las propiedades de los plaguicidas, así como los límites máximos que se esperan en los alimentos dentro de las distintas dietas de los consumidores.
«Las nuevas reglas se rigen según el principio de que la comida producida o importada por un país de la UE es segura para los ciudadanos en todos los Estados miembros y aseguran que los restos de pesticidas son los mínimos posibles», señala la comisaria europea de Sanidad, Androulla Vassiliou.
El régimen anterior para limitar los restos de pesticidas era más complicado. Combinaba índices para toda la UE con reglas nacionales muy diferentes, lo que provocaba la confusión sobre qué LMR era aplicable entre los operadores y los consumidores. Los países comunitarios serán ahora responsables de controlar y aplicar los nuevos límites. La Comisión realizará a su vez inspecciones para supervisar que se cumplen.
El portal de Internet de la Comisión Europea incluye una base de datos que precisa el LMR para cada producción y cada fitosanitario.
El director general de Modernización de Explotaciones y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón, resalta que, con el establecimiento de estos valores únicos para todos los Estados de la UE, se consiguen eliminar las barreras comerciales entre ellos y garantizar con amplios márgenes la seguridad alimentaria del consumidor.
Según García Lidón, el sistema anterior generaba en cada Estado valores dispares que ocasionaban verdaderas barreras en la comercialización agraria, «por las denominadas fronteras de batas blancas». Apunta que esta discrepancia de valores entre países de la UE no estaba relacionada, en la mayoría de los casos, con motivos de control de elementos tóxicos, sino con aspectos administrativos, como el no empleo de un determinado fitosanitario en los países de destino de las mercancías, al no cultivarse allí esa especie vegetal».
La Consejería de Agricultura y Agua ha anunciado que va a fortalecer sus sistemas de control tanto en el uso de los productos fitosanitarios como en los programas de vigilancia de residuos de plaguicidas en cultivos «sensibles», tales como la uva de mesa, el tomate y el pimiento.