Microalgas: ¿la agroindustria del futuro?



La empresa AlgaEnergy cosecha en su planta de Arcos unas 40 toneladas al año para su comercialización Tras cuatro años de investigación, la firma ampliará sus instalaciones.

Arcos se apunta a la llamada ‘agroindustria del futuro’ con la producción incipiente de microalgas en la factoría que lidera la firma española AlgaEnergy, en unas instalaciones aledañas a la central eléctrica de ciclo combinado de Iberdrola. La biomasa que se extrae de estos cultivos asentados en esta planta arcense se comercializan ya para su aplicación en diversos sectores como la agricultura, la acuicultura, la cosmética o la industria nutricional.

Y todo debido a la puesta en marcha de un proyecto de investigación pionero a nivel internacional con sello andaluz denominado CO2Algaefix, que ha durado cuatro años y en el que ha participado el Programa Life+ de la Comunidad Europea y un consorcio formado por AlgaEnergy, Iberdrola, Exeleria, las Universidades de Sevilla y Almería y organismos públicos como la Agencia Andaluza de la Energía y Madrid Biocluster. El presupuesto ha sido de 2,9 millones de euros, asumiendo la Unidad Life + de la CE casi la mitad del montante; y el resto del dinero, los integrantes del Consorcio.

La experiencia, que comenzó en septiembre de 2011 y finalizó en diciembre de 2015, ha arrojado conclusiones innovadoras, cuyas buenas prácticas se han puesto a disposición de la comunidad científica. Ahora, AlgaEnergy, la gestora de la planta, sigue hacia delante con esta actividad de cultivo de microalgas que se extiende, de momento, por una parcela de 4.000 metros cuadrados. La firma ya piensa en futuras ampliaciones para convertirla en un referente a escala mundial.

¿Y por qué es pionera la planta arcense? Las microalgas, a través de la fotosíntesis, limpian la atmósfera de gases de efecto invernadero como el CO2. Es su mejor nutriente, con lo que la planta integrada por estos microorganismos vivos está enchufada a la central de ciclo combinado de Iberdrola (1.600 megavatios), capturando y fijando el dióxido de carbono que desprende y liberando, a su vez, oxígeno. Así que el cultivo de microalgas viene a solucionar por un lado las emisiones de gases y, por otro, da respuesta a una demanda incipiente en múltiples sectores como los ya mencionados. Además, la planta que lidera AlgaEnergy en la Sierra está considerada como líder mundial por las dimensiones del volumen de cultivo y la utilización de tecnología puntera a base de fotobiorreactores tubulares, fotobiorreactores verticales planos y reactores abiertos o raceways. Las condiciones climáticas fueron también importantes para instalar esta industria en terrenos arcenses.

“Los fotobiorreactores están diseñados para conseguir una productividad mayor que la obtenida en un cultivo en condiciones naturales, ya que aseguran la división y el crecimiento celular de los cultivos, de forma eficaz, sostenible y controlada”, arroja el informe Layman, uno de los estudios concluyentes del proyecto.

De hecho, las previsiones iniciales de este proyecto era la producción de 100 toneladas de biomasa por hectárea de cultivo y por año, y la captación de 200 toneladas de dióxido de carbono por hectárea, también al año, procedente de la planta térmica de Iberdrola. “No hemos alcanzado estas cifras pero se espera poder hacerlo en un futuro próximo”, dice María Segura, directora técnica de AlgaEnergy. De momento, el cultivo de microalgas en Arcos está arrojando unas 40 toneladas de biomasa al año.

María Segura adelanta que AlgaEnergy ha adquirido un nuevo fotobiorreactor tubular con capacidad para 85.000 litros, que supondrá un mayor volumen de producción, a corto plazo, en Arcos. En estas instalaciones, se cosecha de manera periódica y se trabaja con estirpes como lanannochloropsis, chlorella y espirulina, entre otras cepas. AlgaEnergy, que cuenta con otra planta de microalgas en las inmediaciones del aeropuerto de Madrid, está centrando sus esfuerzo en la comercialización de un bioestimulante agrícola, bajo la marca Agrialgae, producido a partir de microalgas. María Segura sostiene que este bioestimulante “procura efectos demostrados como la mejora de la eficiencia del metabolismo de las plantas, produciendo aumentos en los rendimientos de los cultivos y en su calidad”. A partir de la biomasa se puede también producir biocombustible. En Arcos, de momento, no se está realizando por los altos costes que supone.

 
Fuente: Agriculturers

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