Fuente:
CIAL. Instituto de Investigación de Ciencias de la Alimentación
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La investigadora María Dolores del Castillo imparte un taller para elegir la bebida más saludable.
No podía faltar, y no lo hizo. El personal investigador del CIAL ha vuelto a difundir la pasión por su trabajo y la indudable importancia que tiene para el avance de la sociedad en una de las noches más importantes del año para la ciencia. Ha sido en la XVI Noche Europea de los Investigadores de Madrid, un proyecto de apoyo a la carrera de la investigación científica que se celebra en más de 460 ciudades europeas. El CIAL, como siempre, ha acudido junto a otros 9 centros del CSIC del campus de Cantoblanco para celebrar una gran feria científica, en un catálogo de talleres exclusivos y un talent show científico que ha provocado risas, sonrisa y lágrimas (de emoción) en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid. En el propio Campus, ha dado a conocer una llamativa nueva vía de alimentación que se abre paso en Europa.
La participación del Instituto comenzó por la mañana con el taller “Algas al plato”, pensado para invitar al alumnado de Educación Primaria, Secundaria y Bachillerato a conocer los distintos tipos de algas que existen, los usos que se les dan y el enorme potencial que tienen como alimentos nutritivos y sostenibles. Las investigadoras del Grupo de Proteínas alimentarias del CIAL han explicado cómo trabajan en su laboratorio para extraer las proteínas de las algas para estudiar su valor nutricional, y han desarrollado una actividad para que los asistentes se zambullesen en las grandes posibilidades que ofrecen a la gastronomía más innovadora. Por supuesto, no podía faltar una degustación que convenciera a quienes no habían reconocido ya la interesante promesa de las algas en el terreno de la alimentación del futuro.
Por la tarde, dentro de las actividades organizadas por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), los investigadores del Grupo de Ingredientes Alimentarios Saludables (INGREEN) han ofrecido el taller “Insectos al plato”, con el propósito de que los asistentes descubriesen la alimentación con insectos, una nueva vía de alimentación que se abre paso poco a poco en el Viejo Continente. En él, los científicos han explorado cómo funciona su ciclo de vida, han conocido su producción para generar alimentos y, a través de una cata de productos innovadores, han conseguido que los asistentes admitan que no son plato de mal gusto. Ya en el centro de Madrid, el público que se acercó al emblemático edificio de la Fundación Telefónica pudo participar en tres talleres para saber cómo distinguir la bebida más saludable, conocer más de cerca su microbioma y descubrir las moléculas que le dan sabor a los alimentos.
En el primer taller, “Buscando la bebida más saludable”, partiendo de que mantener una hidratación adecuada es fundamental y que el agua es la mejor recomendación para conseguirlo, las investigadoras del Grupo de Biociencia de los alimentos (BIO) del CIAL han enseñado mediante la lectura del etiquetado y, a través de reacción química muy sencilla, han enseñado a identificar cuáles son las bebidas más saludables. En el segundo taller, “Microbioma humano: lo que sabemos, lo que comemos y cómo lo descubrimos”, investigadores del Grupo de Microbioma, alimentación y salud (BEA) ha recurrido a paneles informativos, material real de investigación, juegos y actividades sensoriales qué funciones cumple el microbioma, cómo la dieta, el estilo de vida, los medicamentos y la contaminación afectan a su equilibrio; qué tecnologías se utilizan para analizar el ADN y las funciones de estos microorganismos, y cómo todo ello se relaciona con enfermedades como los trastornos digestivos, la salud mental… y mucho más.
El tercer taller, “Descubre las moléculas del sabor de los alimentos” ha hecho gala a su nombre. Las investigadoras del Grupo de Química del flavor, fisiología oral y percepción sensorial de alimentos (FalvorSen), han mostrado cómo actúan el gusto y el olfato, así como la estructura química de las moléculas que determinan la percepción sensorial, y cómo ésta se relaciona con las preferencias alimentarias, así como la forma en la que la habilidad sensorial está asociada en muchos casos a factores genéticos. Así, las personas que han participado en el taller han podido determinar su fenotipo sensorial recurriendo a tiras comerciales impregnadas con un compuesto amargo.
Además de estos talleres, esta asentada celebración ha contado con actividades como un Escape Road basado en una exposición sobre investigadoras que han ganado el premio Nobel en disciplinas científicas o el premio Abel o la Medalla Fields, máxima distinción en el campo de las Matemáticas, en el que también se rescatan perfiles de otras grandes científicas a las que se negó el reconocimiento de sus contribuciones científicas. La jornada ha concluido con un talent show científico, en el que el personal de los diez centros del campus de Cantoblanco se han batido en duelo artístico que ha ido desde el humor a la música, pasando por la pintura en directo. El colofón lo han traído Las Biolocas, un grupo de biólogas que han compartido versiones de temas de toda la vida… en formato biológico.