Fuente:
Extremadura XXI
Lugar:
agricultura
Con pocas semanas se diferencia se han producido en España dos hechos relacionados con el sector del azúcar y el cultivo de remolacha que tienen cierta relación. Por un lado, el pasado cinco de junio, el Diario Oficial de Extremadura declaraba la pérdida de vigencia de la Resolución de 7 de diciembre de 2017 por la que se formulaba declaración de impacto ambiental del proyecto de planta de procesado de remolacha azucarera para la elaboración de azúcar refinado, en el término municipal de Mérida.
El proyecto, promovido en un principio por Hassa Jamal Majid Al Ghurair, logró la declaración de impacto ambiental positiva en diciembre del 2017. Posteriormente, en mayo de 2018, el proyecto fue transferido a la mercantil Ibérica Sugar Company, con sede en la capital extremeña. Y fue en abril del 2025 cuando la declaración perdió su vigencia, al no haberse iniciado las obras previstas en el Polígono Expacio Mérida en el plazo previsto.
Hay que recordar que el proyecto azucarero en Mérida habría levantado grandes expectativas sobre la vuelta del cultivo de la remolacha a Extremadura. Algunas organizaciones agrarias, y la propia empresa promotora, hablaron incluso de una necesidad de cultivo del entorno de las 30.000 hectáreas entre Extremadura y el Alentejo de Portugal.
En esas mismas semanas, se conocía que el grupo británico AB Sugar propietario de Azucarera tenía previsto el cierre su planta industrial azucarera de La Bañeza en León, una de las más importantes en capacidad de producción de España con más de 200 empleados. Este municipio leonés es uno de los que más hectáreas de cultivo de remolacha tiene en España, en torno a las 6.000. Además, Azucarera dejar de molturar remolacha en su planta de Miranda de Ebro.
En España actualmente hay cinco plantas industriales de azúcar operativas: cuatro de ellas están ubicadas en Castilla y León (La Bañeza, Toro, Miranda de Ebro y Olmedo), y una en Andalucía (Jerez de la Frontera). La empresa Azucarera gestiona las fábricas de La Bañeza, Toro y Jerez, mientras la cooperativa ACOR la fábrica de Olmedo. Ahora solo quedarán cuatro industrias.
Precios bajosEl sector azucarero se enfrente a grandes interrogantes que comienzan con la pérdida de rentabilidad por hectárea en campo y que tienen que ver mucho con la fuerte caída del consumo a nivel europeo y mundial. Los productores españoles no pueden competir con los costes de producción de los grandes gigantes mundiales como Brasil, Tailandia e India. En Europa, el precio medio del azúcar descendió al entorno de los 550 euros por tonelada a primeros del 2025. Un año antes, la tonelada cotizaba en el entorno de los 850 euros.
Ante este panorama, las grandes industrias del sector en Europa están recogiendo velas y centrándose sobre todo en las actividades del refino. El mejor ejemplo de la crisis del sector azucarero lo encontramos en Castilla y León, principal región productora de remolacha de España con el 80% del total. Si en el año 2021 se plantaron en la región 31.800 hectáreas destinadas al cultivo de remolacha azucarera, en 2023 la cifra se redujo a 24.480 y en la actual campaña se han quedado en 18.000 hectáreas .
El cierre de la planta de La Bañeza y la reducción de hectáreas sembradas ponen en peligro también los fondos de la PAC para el sector remolachero, de 60 millones de euros, claves ante la fuerte competencia exterior.
El cultivo de remolacha estuvo presente en Extremadura en los primeros años de la década de los 70 del siglo pasado y el año 1997. Mientras estuvo activa la planta azucarera de La Garrovilla propiedad de la antigua Ebro, hoy AB Sugar. Extremadura llegó a cultivar hasta 6.000 hectáreas de remolacha entre varias localidades pacenses como La Garrovilla, Montijo, Mérida, Puebla de la Calzada o Villagonzalo. Desde la campaña del 97/98 no se ha vuelto a cultivar remolacha en la región.
Foto: ASAJA Castilla y León