Tendencias de Innovación 2025

Fecha de publicación: 17/01/2025
Fuente: Tech food magacine
Lugar: Destacado
La industria alimentaria afronta 2025 con un enfoque menos centrado en la novedad vanguardista y más en la integración estratégica de tecnologías maduras. Desde 2024, la industria ha apostado por acuerdos que equilibran capacidades, costes e impacto de la innovación; esta estrategia continuará en 2025, en un contexto de creciente incertidumbre regulatoria sobre nuevos ingredientes y un escrutinio más estricto de las afirmaciones de producto. Soluciones como la inteligencia artificial (IA), que ya han demostrado su utilidad en formulación y prototipado de ingredientes, ampliarán su alcance en el descubrimiento de nuevos productos. Paralelamente, la biosíntesis continuará siendo una herramienta clave, pero su foco principal será reforzar la resiliencia en las cadenas de suministro, respondiendo a las lecciones aprendidas tras las disrupciones recientes. Estas son algunas de las las previsiones de la consultora Lux Research para este año. Recogemos con más detalle algunas de ellas:



Reorientación de mercados para ingredientes innovadores



El panorama regulatorio, especialmente en Europa, está influyendo en las estrategias de las empresas de ingredientes alimentarios. La estricta supervisión de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) llevará a muchas compañías a diversificar sus aplicaciones, dirigiéndose hacia sectores como la cosmética o los alimentos para mascotas, donde las barreras de entrada son más bajas. Asimismo, se prevé un aumento en el desarrollo de grasas y aceites alternativos, con un enfoque inicial en aplicaciones no alimentarias antes de intentar acceder en el mercado alimentario. Esta estrategia busca reducir riesgos regulatorios y optimizar los tiempos de entrada al mercado.



Políticas de biomanufactura: liderazgo de Asia-Pacífico



En un esfuerzo por garantizar la soberanía tecnológica y económica, más países adoptarán políticas para impulsar la biomanufactura local. La región de Asia-Pacífico liderará esta tendencia, aprovechando su abundancia de materias primas y costes laborales competitivos. Incentivos fiscales y subsidios facilitarán la construcción de infraestructuras que fortalezcan las bioeconomías regionales. La biomanufactura local no solo reducirá la dependencia de cadenas de suministro internacionales, sino que acelerará la adopción de tecnologías innovadoras a nivel regional.



IA generativa y envases sostenibles



La inteligencia artificial generativa se integrará en dispositivos portátiles para mejorar la interacción con el usuario y proporcionar información personalizada. Estos dispositivos analizarán datos complejos, como métricas de fitness, señales fisiológicas y patrones de comportamiento, para ofrecer recomendaciones de salud personalizadas, predecir problemas potenciales y proponer medidas preventivas.



Los plásticos reciclados y la reciclabilidad serán la apuesta más segura para el empaquetado sostenible. A pesar de las críticas al plástico, seguirá siendo un material esencial para el envasado, impulsado por regulaciones y objetivos de viabilidad a largo plazo. Las marcas priorizarán la reciclabilidad, con avances clave en monomateriales, como recubrimientos funcionales que sustituyen el empaquetado multicapa, para cumplir con normativas previstas para 2030.



El consumidor: más exigente con las afirmaciones de producto



Con costes adicionales derivados de tarifas y materias primas que se trasladarán al consumidor, las marcas deberán justificar el precio de sus productos con afirmaciones respaldadas por datos transparentes. La desconfianza hacia declaraciones débiles o exageradas será un desafío importante para la industria. Las afirmaciones poco sólidas ya no serán toleradas; la transparencia será la clave para conquistar al consumidor.



Objetivos de sostenibilidad



Los objetivos de sostenibilidad también se ajustarán, ya que muchas empresas no alcanzarán sus metas para 2030. La implementación de sistemas de seguimiento de emisiones ha fortalecido los vínculos entre las empresas y sus cadenas de suministro. En lugar de centrarse únicamente en reducir las emisiones de alcance 3, las compañías pivotarán hacia programas que incentiven a los gestores de tierras a practicar una gestión responsable del agua y el carbono, construyendo cadenas de suministro más resilientes.