Extremadura XXI Lugar:
agricultura
Pese al retraso en la implantación prevista del cuaderno digital, la actividad agraria parece encaminarse cada vez más hacia la tecnología. No solo en trabajos diarios como el de la conducción de tractores autónomos por ejemplo, habitual ya en muchas grandes explotaciones de Estados Unidos, sino sobre todo en el correcto manejo de los insumos, en las predicciones de cosecha o la sustitución de mano de obra por robótica en campo. La llegada de la Inteligencia Artificial (IA) también puede suponer una revolución en el mundo de la agricultura y la ganadería.
Un reciente informe de la Fundación Innovación Bankinter analizaba qué puede aportar la IA al sector agro, dando ejemplos prácticos sobre lo que puede suponer. “La IA y el aprendizaje automático -asegura el informe- mejoran la predicción del rendimiento de los cultivos gracias a los datos de los sensores en tiempo real y los datos de análisis visual de los drones. Combinando los datos de los sensores sobre niveles de humedad, fertilizantes y nutrientes se pueden analizar los patrones de crecimiento de cada cultivo a lo largo del tiempo. Con el aprendizaje automático, se pueden realizar predicciones para optimizar el rendimiento de los cultivos. Por ejemplo, con información sobre árboles y frutas mediante imágenes de drones e inteligencia artificial”.
Mano de obraUno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el campo español y europeo es la escasez de mano de obra que quieran dedicarse a esta actividad. Incluso en municipios con altas tasas de paro oficial resulta cada vez más complicado encontrar cuadrillas para trabajar en labores de poda, recolección o cuidado del ganado.
Según el estudio de Fundación Innovación Bankinter, “las grandes explotaciones agrícolas, ante la escasez de mano de obra, están recurriendo a la robótica para cultivar cientos de hectáreas. Tractores inteligentes y agribots basados en la IA y el aprendizaje automático son una opción viable para muchas operaciones agrícolas. Hay empresas de tractores que ha desarrollado desde agribots para identificar y eliminar las malas hierbas en tiempo real hasta tractores autónomos capaces de arar, sembrar y recoger cosechas”.
Otro de los aspectos en los que la Inteligencia Artificial podría ayudar en los “sistemas para mejorar el seguimiento y la trazabilidad de las cadenas de suministro agrícola eliminando los obstáculos para que los cultivos lleguen más frescos y seguros al mercado. Los sistemas más avanzados de seguimiento y localización se basan en sensores IoT para obtener un mayor conocimiento del estado de cada envío. Por ejemplo, transformando la cadena de suministro agrícola con una plataforma blockchain en combinación con la IA y el IoT para aumentar la transparencia, los precios justos y el acceso al capital en cada punto de contacto de la cadena de valor”.
PreciosMás sensible para la actividad agrícola es el tema de los precios, sobre todo cuando en ocasiones se cosecha sin saber realmente la cotización final del producto una vez acaba de la recolección. Según la IA, “existen muchas variables que pueden permitir predecir los precios futuros de un determinado cultivo, por ejemplo, el clima, los precios históricos, la ubicación, los indicadores de demanda, los precios del petróleo o la salud de los cultivos. Combinando IoT, Big Data e IA, hay startups que desarrollan predicciones de precios basadas en datos estructurados y no estructurados como los mencionados”. Sin olvidar diferentes aplicaciones sobre rendimientos de cosecha, uso el agua en cultivos, aplicaciones para agricultura en vertical…
España cuenta desde hace poco con el proyecto AgrarIA que pretende investigar el uso de la IA, junto con otras tecnologías como IoT y cloud computing, en soluciones reales para definir nuevos métodos de producción agraria más sostenibles, comprometidos con la eficiencia energética y la disminución de la huella de carbono. Es un proyecto financiado a través del Programa Misiones de I+D en Inteligencia Artificial de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (SEDIA).
Fecha de publicación:
26/09/2024
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