Cinco formas en que el cambio climático está transformando los mercados energéticos de EEUU

Fecha de publicación: 23/11/2024
Fuente: El Periódico de la Energía
Lugar: Eléctricas
El clima diario afecta las necesidades de calefacción y refrigeración. Los fenómenos meteorológicos extremos pueden alterar la infraestructura y provocar picos de demanda de energía. En resumen, los cambios en el clima pueden desequilibrar los mercados de materias primas, entorpecer las cadenas de suministro y distorsionar los precios de los productos energéticos, según un reciente informe de BloombergNEF.
Relacionado:La sequía reduce la generación de energía hidroeléctrica en EEUUCinco de los impactos de estos patrones climáticos cambiantes ya se están manifestando hoy en los mercados de energía y materias primas.
1. Los inviernos son cada vez más cálidos, lo que lleva a una menor demanda de gas
Las temperaturas invernales en los Estados Unidos han aumentado un 2% en los últimos 10 años, en comparación con los niveles de 1990-1999. Esto reduce la demanda total de calefacción residencial y comercial, lo que lleva a mayores niveles de almacenamiento de gas natural y a precios más bajos. Un cambio de un grado Fahrenheit en las temperaturas invernales promedio puede reducir las extracciones anuales de gas en un 6% en promedio. A medida que los inviernos se vuelven más suaves, la necesidad de mayores inventarios de gas disminuye, lo que hace que las empresas de servicios públicos redefinan los volúmenes de almacenamiento y empuja a los productores de gas a recurrir a las exportaciones como fuente de ingresos.
Relacionado:La llegada de Trump hará caer los precios del gas en Europa2. Los veranos en Estados Unidos ya son calurosos y, a medida que se vuelven aún más calurosos, están estresando las redes eléctricas
Los grados-día anuales de enfriamiento (una medida de cuánto por encima de lo “cómodo”, o 65 grados Fahrenheit, está un día) han aumentado un 17% en comparación con el promedio de 1990-1999, y el verano de 2024 fue el más caluroso jamás registrado. El calor del verano es peligroso para las redes eléctricas: cuando la gente enciende sus aires acondicionados, la demanda de energía se dispara, estresando la red y aumentando el riesgo de apagones. Los combustibles fósiles entran entonces en acción para complementar la generación de energías renovables intermitentes, lo que hace que la transición energética dé un giro de 180 grados.